Emili Turú (USG): "Nuestro compromiso por la paz es más urgente y necesario que nunca"

(SIR).- "Fieles a la herencia del Concilio Vaticano II" es el tema de la 101ª asamblea de la USG (Unión de Superiores Generales), que se celebra esta semana en Asís. Hablamos de ello con el Hermano Emili Turú Rofes, Secretario General de la USG, que repasó la historia de la Unión.

-La USG celebra las 100 asambleas que han marcado su historia.

-Es un momento importante para los Superiores Generales, como atestigua su fiel participación. Al principio de la USG sólo había una Asamblea al año, pero desde 1972 hay dos: una en mayo y otra en noviembre, y la participación de los superiores generales se ha mantenido numerosa y estable. Cada Asamblea es un momento gozoso de encuentro, de compartir fraterno y de estudio común sobre determinados temas de interés.

Queremos celebrar y dar gracias al Señor por el camino recorrido durante todos estos años en Asís, un lugar muy significativo para la renovación de la vida religiosa.

-¿Cómo ha cambiado la USG en los casi setenta años transcurridos desde su fundación?

-A lo largo de los años, la USG se ha ido adaptando a las necesidades de sus miembros y ha tratado de adoptar metodologías cada vez más participativas.

"Hoy en día, la Unión es mucho más intercultural que al principio, reflejando la diversidad presente en cada congregación. Los modernos medios de comunicación también han facilitado el flujo de información de una manera mucho más fácil y barata"

-¿Cuál es el legado del Concilio Vaticano II que se debatirá en Asís?

-La vida religiosa estuvo muy presente en el Concilio Vaticano II. Entre los padres conciliares había 129 superiores generales, cada uno de cuyos institutos contaba con más de 3.000 miembros. Hablando de los protagonistas del Vaticano II, un estudioso nombró a 24 religiosos entre las 100 figuras más prestigiosas del Concilio.

"Desde el principio, la Usg acogió con alegría la propuesta de renovación del Concilio y se comprometió a ponerla en práctica, como demuestran los temas tratados a lo largo de los años"

Se dice que normalmente los Concilios en la Iglesia necesitaban al menos cien años para ser aplicados a fondo. Y aquí es donde nos encontramos hoy, aceptando esta herencia y tratando de vivirla en plenitud, como por ejemplo con la sinodalidad, un tema que procede del Concilio, pero que sólo ahora se está profundizando y aplicando concretamente.

-¿Cómo trabajar por la paz, en la estela de la enseñanza de san Francisco, en tiempos marcados por divisiones y guerras?

-En nuestra sociedad, marcada por la polarización y la violencia, entendemos que nuestro compromiso por la paz es más urgente y necesario que nunca. El Papa Pablo VI decía en Evangelii Nuntiandi que los religiosos, "gracias a su consagración religiosa, son por excelencia voluntarios y libres para dejarlo todo y salir a anunciar el Evangelio hasta los confines del mundo. Son emprendedores, y su apostolado se caracteriza a menudo por una originalidad, una ingeniosidad que suscita admiración. Son generosos: a menudo se les encuentra en los puestos avanzados de la misión, y asumen los mayores riesgos para su salud y su propia vida. Sí, la Iglesia les debe mucho".

"Religiosos y religiosas, con creatividad e imaginación, están en muchos lugares de frontera promoviendo la paz, facilitando el diálogo, preparando a las generaciones futuras, acompañando a quienes sufren las consecuencias de las guerras y la violencia"

-¿Sencillez y pobreza para recomenzar en la vida consagrada?

-El Papa Francisco nos recordó el pasado mes de noviembre, en el encuentro que mantuvimos con él, que la pobreza debe caracterizar siempre la vida consagrada. Sabemos, de hecho, que a lo largo de la historia ha sido un componente importante en su renovación. Por eso, inspirándonos en Francisco de Asís, durante la próxima Asamblea nos dejaremos interpelar por su vida y testimonio y compartiremos cómo se vive la sencillez y la pobreza en las distintas formas de vida consagrada.