Sarah exige a León XIV que "olvide" Fiducia supplicans: "Pone en peligro la unidad de la Iglesia"

"Espero que se pueda aclarar mejor y quizás reformular el contenido de Fiducia supplicans. La declaración es teológicamente débil y, por lo tanto, injustificada. Pone en peligro la unidad de la Iglesia. Es un documento que hay que olvidar". Robert Sarah continúa en plena forma, ya cumplidos los 80 años.

En una entrevista para Avvenire, el purpurado guineano, arremete contra el documento papal que permite las bendiciones a parejas homosexuales, reclama el regreso a las misas según el rito tradicional y reivindica que, "sin la Tradición, no podría existir la propia Iglesia".

A los cuatro meses de su elección, Sarah hace un repaso de su vida, y muestra "gran confianza" en León XIV, que "está haciendo resurgir la ineludible centralidad de Cristo".

"Es necesario superar un enfoque ideológico que ha promovido dos visiones de la Iglesia que se alimentan la una contra la otra", señala Sarah, curiosamente 'líder' del sector tradicionalista, y que sigue siendo crítico con la sinodalidad auspiciada por Francisco, y asumida plenamente por León XIV. "Creo que la dimensión sinodal debe profundizarse y aclararse. Quizás debería sustanciarse teológicamente con la noción de comunión, mucho más antigua y rica, también para evitar derivas ideológicas que contrapongan dos eclesiologías: la sinodal y la comunional".

Para Sarah, "la comunión es un fin; la sinodalidad, un medio, que hay que verificar. La comunión es jerárquica, porque así quiso Jesús su Iglesia; la sinodalidad, como recordó el papa León, es más bien un estilo".

Finalmente, sobre el uso del Misal de 1962, el cardenal reivindica que "en la Iglesia, todos los bautizados tienen ciudadanía, si comparten el Credo y la moral que se deriva de él", y defiende la "variedad de ritos católicos" como "una gran riqueza". "Me pregunto si se puede «prohibir» un rito milenario", concluye Sarah, quien añade que "si la liturgia es también una fuente para la teología, ¿cómo se puede prohibir el acceso a las «fuentes antiguas»? Sería como prohibir el estudio de san Agustín a quienes quisieran reflexionar correctamente sobre la gracia o la Trinidad".