La economía del Vaticano según León XIV en el libro de Elise A. Allen
León XIV y la economía del Vaticano: "Tenemos que continuar el proceso de reforma que Francisco comenzó"
El jesuita analiza las palabras del Papa en el libro-entrevista con Elise Ann Allen
¿Cuál será el enfoque de León respecto a los católicos LGTBIQ? La respuesta del Papa a Elise Ann Allen, incluida en el libro-entrevista 'León XIV. Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI' (Penguin Random House), ha motivado reacciones encontradas. Una de las máximas autoridades en la materia, el jesuita James Martin, ha querido terciar en la polémica, ofreciendo la respuesta completa del pontífice y sus valoraciones.
¿Cuáles son estas? "La respuesta del papa León a esta pregunta es muy similar a la del papa Francisco, lo que me parece muy esperanzador", señala Martín, quien apunta que Prevost "está a favor de una Iglesia que acoge a 'todos, todos, todos', pero también dice que es 'muy improbable' que la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad cambie 'en un futuro próximo'".
"Y, por supuesto, el papa León tiene razón al afirmar que las personas LGBTQ siguen siendo un tema muy polarizador en la Iglesia católica; el Sínodo nos lo ha demostrado", recalca el sacerdote, que valora el deseo papal de que las personas "se conozcan y se respeten mutuamente" lo que, "en lo que respecta a las personas LGBTQ, sigue siendo un reto en muchas partes de la Iglesia". En segundo lugar, James Martin valora el uso de los términos 'LGBT' y 'LGBTQ', "lo que en sí mismo supone un paso adelante". De hecho, recuerda, en el Sínodo hubo muchos que se opusieron, incluso, a incluirlo en los documentos.
"Por lo tanto, mi impresión (y esta fue mi impresión tras reunirme con él hace unas semanas) es que el enfoque del papa León hacia los católicos LGBTQ es una continuación del enfoque del papa Francisco, lo cual es muy positivo", finaliza Martin.
P: Solo una breve pregunta sobre el tema LGBTQ+, que puede ser una cuestión muy ideológica. Sin embargo, más allá de cualquier visión ideológica, creo que la gente sintió que bajo el pontificado de Francisco se hablaba de ello de una manera diferente, con un tono diferente. ¿Cuál será su enfoque?
R: Bueno, por el momento no tengo ningún plan. Ya me han preguntado varias veces durante estos primeros meses sobre el tema LGBT. Recuerdo algo que me dijo un cardenal de la parte oriental del mundo antes de que fuera papa, sobre que «el mundo occidental está obsesionado con la sexualidad». Para algunas personas, la identidad de una persona se reduce a la identidad sexual, pero para muchas personas en otras partes del mundo, eso no es una cuestión primordial en cuanto a cómo debemos tratarnos unos a otros. Confieso que eso está en mi mente, porque, como hemos visto en el sínodo, cualquier tema relacionado con las cuestiones LGBTQ es muy polarizador dentro de la Iglesia. Por ahora, debido a lo que ya he intentado demostrar y vivir en términos de mi comprensión de ser papa en este momento de la historia, estoy tratando de no seguir polarizando ni promoviendo la polarización en la Iglesia.
Lo que intento decir es lo que Francisco expresó muy claramente cuando decía «todos, todos, todos». Todos están invitados, pero no invito a una persona porque tenga o no tenga una identidad específica. Invito a una persona porque es hijo o hija de Dios. Todos son bienvenidos, conozcámonos y respetémonos unos a otros. En algún momento, cuando surjan preguntas específicas... La gente quiere que cambie la doctrina de la Iglesia, quiere que cambien las actitudes. Creo que tenemos que cambiar las actitudes antes incluso de pensar en cambiar lo que dice la Iglesia sobre cualquier cuestión. Me parece muy improbable, al menos en un futuro próximo, que cambie la doctrina de la Iglesia en lo que respecta a lo que enseña sobre la sexualidad y el matrimonio.
Ya he hablado sobre el matrimonio, al igual que lo hizo el papa Francisco cuando era papa, sobre que una familia es un hombre y una mujer en compromiso solemne, bendecidos en el sacramento del matrimonio. Pero incluso diciendo eso, entiendo que algunas personas lo tomarán mal. En el norte de Europa ya están publicando rituales de bendición para «personas que se aman», tal y como ellos lo expresan, lo que va específicamente en contra del documento que aprobó el papa Francisco, «Fiducia Supplicans», que básicamente dice que, por supuesto, podemos bendecir a todas las personas, pero no busca una forma de ritualizar algún tipo de bendición porque eso no es lo que enseña la Iglesia. Eso no significa que esas personas sean malas, pero creo que es muy importante, una vez más, comprender cómo aceptar a los demás que son diferentes a nosotros, cómo aceptar a las personas que toman decisiones en su vida y respetarlas.
Entiendo que este es un tema muy controvertido y que algunas personas exigirán, por ejemplo, «queremos el reconocimiento del matrimonio homosexual» o «queremos el reconocimiento de las personas trans», para que la Iglesia lo reconozca y apruebe oficialmente. Las personas serán aceptadas y acogidas. Cualquier sacerdote que haya escuchado confesiones habrá escuchado confesiones de todo tipo de personas con todo tipo de problemas, todo tipo de situaciones vitales y decisiones tomadas. Creo que la enseñanza de la Iglesia seguirá siendo la misma, y eso es lo que tengo que decir al respecto por ahora. Creo que es muy importante.
Las familias necesitan apoyo, lo que se denomina la familia tradicional. La familia está formada por el padre, la madre y los hijos. Creo que el papel de la familia en la sociedad, que en ocasiones ha sufrido en las últimas décadas, debe volver a ser reconocido y reforzado. Me pregunto en voz alta si la cuestión de la polarización y la forma en que las personas se tratan entre sí no proviene también de situaciones en las que las personas no crecieron en el contexto de una familia en la que se aprende —ese es el primer lugar donde se aprende a amarse unos a otros, a convivir, a tolerarse y a formar lazos de comunión—. Eso es la familia. Si eliminamos ese pilar básico, resulta muy difícil aprenderlo de otras maneras.
Creo que hay algunos elementos clave que hay que tener en cuenta. Creo que soy quien soy porque tuve una relación maravillosa con mi padre y mi madre. Tuvieron una vida matrimonial muy feliz durante más de 40 años. Incluso hoy en día la gente lo comenta, incluso con mis hermanos. Seguimos estando muy unidos, aunque uno de ellos esté muy alejado políticamente, estamos en lugares diferentes. En mi experiencia, eso ha sido un factor extremadamente importante de quién soy y de cómo soy capaz de ser quien soy ahora mismo.
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