Poesía para vencer a la muerte
Vencer la muerte con verso
Radiografía de la locura del ser humano vencido por sus propias miserias, despojado de corazón y sentimientos
Contemplar en estos días las imágenes de niños famélicos a punto de morir, con la mirada perdida y sin poderse apenas moverse en brazos de sus madres, hablan a las claras de hasta dónde puede llegar la inhumanidad y el fanatismo de las personas y gobiernos.
Gaza se ha convertido en una radiografía de la locura del ser humano vencido por sus propias miserias, despojado de corazón y sentimientos. No se puede caer ya más bajo.
Curiosamente quienes están provocando esta catástrofe humana son los mismos que llevan denunciando décadas el exterminio que sufrió su pueblo en manos del nazismo. ¡No han aprendido la lección que sufrieron en sus propias carnes! ¿No se dan cuenta de que están repitiendo la misma vergüenza de la que ellos fueron víctimas?
La respuesta militar justificada al ataque del grupo terrorista Hamás se está convirtiendo ya, por su desproporcionalidad, es un ataque bélico contra toda la humanidad que viola todos los derechos internacionales. ¡Esta guerra hay que pararla ya! O de lo contrario condenar al gobierno de Israel al más absoluto ostracismo internacional.
Que todo lo que venga de Israel sea despreciado, ignorado y marginado por la comunidad internacional. Hay que exigir el alto el fuego, un pasillo humanitario para alimentar a la gentes y una firma de paz permanente.
Israel no puede seguir abusando de su condición de aliado de EEUU para sembrar el terror que, teóricamente, quería combatir. Una comunidad internacional moderna no puede construirse con matones sordos al clamor del grito de paz de todos los pueblos.
Cada niño muerto de hambre será un peso insoportable en la conciencia del gobierno de Israel y un argumento más para desoír sus propuestas y defender sus intereses en el mundo
El papa, ya ha levantado su voz contra esta barbarie y a la voz del Papa León XIV queremos unirnos hoy todos los que respetamos su voz y creemos en la coherencia de su vida y en la fuerza de su misión. Cada niño muerto de hambre será un peso insoportable en la conciencia del gobierno de Israel y un argumento más para desoír sus propuestas y defender sus intereses en el mundo. Los carros de combate del Faraón pasarán ahora por encima de Israel y lo dejarán enterrado en las aguas del mar por haberse echo sordo al clamor de los niños de Gaza que se elevan hasta Dios. Ningún gesto de inhumanidad quedará sin su propia justicia.
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