Prevost, con Francisco, recuerda que "la profecía no exige rupturas, sino opciones valientes, propias de una verdadera comunidad eclesial: llevan a dejarse «perturbar» por los acontecimientos y las personas, y a sumergirse en las situaciones humanas, animados por el espíritu sanador de las Bienaventuranzas"
Les invita a "discernir las formas de hacer llegar a todos la Buena Nueva, con acciones pastorales capaces de interceptar a los más alejados y con instrumentos adecuados para la renovación de la catequesis y de los lenguajes del anuncio", a "desarrollar una atención pastoral sobre el tema de la paz" y a estar atentos a la Inteligencia Artificial
"Anuncio del Evangelio, paz, dignidad humana, diálogo: estas son las coordenadas a través de las cuales podréis ser Iglesia que encarna el Evangelio y es signo del Reino de Dios"
"No temáis tomar decisiones valientes. Nadie podrá impedirles estar cerca de la gente, compartir la vida, caminar con los últimos, servir a los pobres. Nadie podrá impedirles anunciar el Evangelio, y es el Evangelio lo que estamos enviados a llevar, porque es de esto de lo que todos, nosotros los primeros, necesitamos para vivir bien y ser felices"