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Un grupo ecuménico cuestiona el discurso de Netanyahu ante la ONU
(Agencia Fides).- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, «no puede permitirse distorsionar la verdad» sobre la situación de los cristianos en Tierra Santa y los sufrimientos que desde hace décadas alimentan su éxodo.
Así lo ha afirmado el grupo de reflexión ecuménica «Una voz de Jerusalén por la justicia» (A Jerusalem Voice of Justice), que ha desmentido y refutado las declaraciones de Netanyahu sobre las causas de la disminución de la presencia cristiana en la tierra de Jesús. Según los firmantes del mensaje, este fenómeno está directamente vinculado a las consecuencias de la ocupación israelí, y no al papel de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
"Netanyahu recurrió a la islamofobia y confundió deliberadamente el antisemitismo con la crítica legítima al sionismo y a Israel"
La reacción del grupo ecuménico se centra especialmente en un pasaje del discurso que el primer ministro israelí pronunció el 26 de septiembre ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Los firmantes de la declaración han denunciado que la intervención de Netanyahu estuvo plagada de «muchas medias verdades y mentiras descaradas, recurrió a la islamofobia y confundió deliberadamente el antisemitismo con la crítica legítima al sionismo y a Israel».
En su discurso, Netanyahu ha hecho referencia a la presencia cristiana en Tierra Santa: «A los cristianos no les va mucho mejor. Cuando Belén, el lugar de nacimiento de Jesús, estaba bajo control israelí, el 80 % de sus residentes eran cristianos. Pero desde que la ANP tomó el control, esa cifra ha descendido a menos del 20 %». Una afirmación desmentida por el grupo ecuménico con datos y referencias históricas.
«Belén», señalan en su declaración, «era una ciudad de mayoría cristiana hasta 1948: entonces, más del 80 % de la población era cristiana. Con la expulsión de unos 750.000 refugiados palestinos de su patria durante la Nakba de 1948, se crearon tres campos de refugiados en Belén, lo que alteró la composición demográfica de la ciudad. Cuando Israel ocupó Cisjordania en 1967, Belén ya tenía una población mayoritariamente musulmana».
«Décadas de ocupación israelí han generado condiciones de vida durísimas, lo que ha llevado a la emigración de muchos cristianos y musulmanes, y esta realidad continúa hasta hoy», añaden.
"Cientos de personas han abandonado Belén en los últimos meses debido a la devastación continua de la ocupación y la violencia militar"
Belén, ciudad estrechamente vinculada al turismo de peregrinación de cristianos, «ha sufrido de manera especial en los últimos dos años de la guerra de Israel en Gaza», con la interrupción casi total del flujo de visitantes. Según «A Jerusalem Voice for Justice», «cientos de personas han abandonado Belén en los últimos meses debido a la devastación continua de la ocupación y la violencia militar». Por eso, «la razón por la que los cristianos y muchos otros están dejando Belén es la ocupación israelí, con sus políticas de cierres, control de permisos y exclusión de derechos de residencia, y no las decisiones de la Autoridad Palestina». Pese a ello, «cristianos y musulmanes de Belén y de toda Palestina siguen viviendo juntos como un solo pueblo, compartiendo las mismas luchas bajo la ocupación».
El grupo ecuménico «A Jerusalem Voice for Justice» se ha constituido recientemente de forma espontánea a raíz del nuevo estallido de violencia en Tierra Santa, con el objetivo de ofrecer análisis y discernimiento sobre los acontecimientos que afectan a la vida de sus pueblos. Entre sus miembros se encuentran el patriarca emérito de Jerusalén de los Latinos, Michel Sabbah; el obispo luterano Munib Younan; el obispo greco ortodoxo Attallah Hanna; la coordinadora del Centro Ecuménico Sabeel, Sawsan Bitar; el teólogo palestino John Munayer; el padre jesuita David Neuhaus; el padre Frans Bouwen, de los Misioneros de África, y el padre Alessandro Barchi, monje de la Piccola Famiglia dell’Annunziata, fundada por don Giuseppe Dossetti.
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