Más allá de la dicotomía entre cuidado y curación.
Dejarse cuidar
José Carlos Bermejo sobre el sufrimiento sin necesidad de explicaciones metafísicas.
Nos hemos empeñado en buscar un sentido al sufrimiento, sobre todo desde la religión, y dando paso a esquemas que lo vinculan con la culpa, con la expiación, con la prueba, con la redención, con el ofrecimiento. Al significar así el sufrimiento, muchas personas han dado un sentido a su experiencia, en particular al sufrimiento inevitable. Pero otras, lo han buscado, como camino virtuoso. Eran tiempos del filopasionismo y la preanestesia.
Hoy vivimos en tiempos nuevos. Quizás también algofóbicos. Nos preguntamos menos por el sentido y más por cómo aliviarlo. Es un paso de humanización, porque necesitamos menos teodicea, nos empoderamos menos controlando a Dios, renunciamos a las preguntas que dieron a luz las disquisiciones imposibles de terminar. Aceptamos más la inutilidad del sufrimiento, después de su lectura como síntoma; y lo aceptamos solo si es consecuencia de la lucha contra el sufrimiento.
Son tiempos de enaltecer la compasión, empatía incluida. Y el sacrificio: solo para eliminar el sufrimiento, solo en menor proporción que el sufrimiento prevenido, combatido o aliviado. Hay espacio al sufrimiento inútil. Espacio, sobre todo, para la compasión y la justicia. En esta está Dios, o así confiamos.
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