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Comunicado del obispo argentino sobre los trágicos hechos en el estadio Libertadores
(AICA).- El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Margni, expresó el dolor y repudio de la Iglesia diocesana frente a los hechos de violencia ocurridos anoche en esta ciudad, durante el partido de fútbol entre Independiente y la U. de Chile por la Copa Sudamericana.
"Avellaneda se distingue como una ciudad del fútbol, donde familias, niños, jóvenes y adultos celebramos con alegría la pertenencia a nuestros equipos y la sana competencia deportiva. Por eso, lo acontecido nos entristece y nos avergüenza", señaló en un comunicado.
El obispo recordó que la Iglesia "alza la voz contra toda forma de violencia" y ofreció su colaboración para trabajar en la construcción de una sociedad "más justa y pacífica".
"La gran mayoría de quienes disfrutan del deporte no son violentos"
Al mismo tiempo, lamentó que tantas familias e hinchas hayan tenido que sufrir situaciones de violencia que no merecían y subrayó que "la gran mayoría de quienes disfrutan del deporte no son violentos".
En ese sentido, citó al papa Francisco, quien afirmó que "el fútbol puede y debe ser una escuela para la construcción de una cultura del encuentro, que permita la paz y la armonía entre las personas".
Monseñor Margni invitó a la comunidad a unirse en la oración "por la recuperación de los heridos y por todos los afectados en este triste acontecimiento" y pidió al Señor "que nos ayude a superar las distintas violencias que hieren nuestra convivencia, para que el deporte vuelva a ser una verdadera fiesta de unidad y esperanza".
Como obispo de Avellaneda-Lanús, quiero manifestar, en nombre de toda la Iglesia diocesana, nuestro dolor y repudio frente a los hechos de violencia sucedidos anoche en nuestra querida ciudad.
Avellaneda se distingue como una ciudad del fútbol, donde familias, niños, jóvenes y adultos celebramos con alegría la pertenencia a nuestros equipos y la sana competencia deportiva. Por eso, lo acontecido nos entristece y nos avergüenza.
Como Iglesia alzamos la voz contra toda forma de violencia y ofrecemos nuestra colaboración en todo lo que sea necesario para construir una sociedad más justa y pacífica. Nos duele que tantas familias e hinchas hayan tenido que sufrir estas situaciones sin merecerlo. Sabemos que la gran mayoría de quienes disfrutan del deporte no son violentos. Por el contrario, como decía el Papa Francisco, "el fútbol puede y debe ser una escuela para la construcción de una cultura del encuentro, que permita la paz y la armonía entre las personas".
Nos unimos en la oración por la recuperación de los heridos y por todos los afectados en este triste acontecimiento. Pedimos al Señor que nos ayude a superar las distintas violencias que hieren nuestra convivencia, para que el deporte vuelva a ser una verdadera fiesta de unidad y esperanza.
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